jueves, 5 de mayo de 2016

Esperanza

¿Una palabra o un sentimiento?, ¿una emoción o un ideal? Ya es la tercera vez en el día en la que el señor Ka se detiene a pensar en ello. Sentado sobre un sillón bastante grande con cojines lo suficientemente acolchados para tener altas expectativas sobre su comodidad Ka lleva una mano hacia su cabeza suavemente para no despeinarse y se recuesta sobre ella, con la otra, levanta un vaso de agua, bebe un poco y sus labios dibujan una sonrisa de placer.

El día es caluroso, hay una falla eléctrica masiva, un blues de nombre “at last” suena de fondo proveniente de un teléfono móvil y el ambiente toma un tono naranja, envejecido, de antaño. La luz toca suavemente la superficie húmeda del vaso de agua y se dibuja la trayectoria de una gota deslizándose a lo largo del mismo cayendo sobre una hoja blanca en el escritorio. Las ventanas y puertas abiertas intentan eliminar interferencias por si una ráfaga de aire decide entrar al lugar, cual invitado de honor.

Los pensamientos corresponden al ambiente presente y se arrojan toneladas de sensaciones por el cuerpo, algunas terriblemente incómodas y otras sumamente agradables. Pensamientos de alegría cruzan esa autopista colapsada de emociones y solo una palabra logra calmar tanto desorden, esperanza. ¿Qué es la esperanza? ¿de dónde proviene? ¿Qué la motiva?

Comienza la lluvia de ideas y tal cual como en el estado climático, las ideas comienzan a caer en un desorden infernal sobre el suelo, sin coordinación. Las frases comienzan a romperse y ocurre una mezcla de palabras que hacen incapaz a cualquiera de resolver el acertijo. Ka toma el vaso de agua nuevamente, pero este cae al suelo, el cristal se fractura y el líquido se esparce por todos lados principalmente sobre sus zapatos imitación barata de cuero, se dibuja un gesto de molestia sobre su rostro y con la mano libre trata de limpiar un poco el desastre hasta que debe quitar su mano de la cabeza para levantarse y alejarse de lo acontecido.

El calor toma cada vez más posesión del lugar y su piel comienza a transpirar, desde su rostro hasta su espalda pequeñas gotas se deslizan y humedecen su vestimenta. Todo ello no le distrae de seguir en la búsqueda del significado de la esperanza. No ha limpiado el suelo, posiblemente no lo haga, quizás el calor logre evaporarla rápidamente, o eso cree el. ¿Lo cree o mantiene esperanza en ello?
El amor es la gota más dulce de esperanza. Todo comienza a oscurecerse y Jota Eme toma control de los pensamientos de Ka, un suspiro brota de su pecho y sale por su boca que dibuja una sonrisa bien definida. Eso es esperanza, eso es. ¿Lo comprendes? Se pregunta Ka hacia sí mismo tratando de convencerse a el mismo que es poseedor de las respuestas sobre el tema.

Se recuesta sobre el sillón con una expresión de saber el secreto de la vida. Lleva sus manos a la nuca y piensa: Heme aquí convencido de que lo perdido solo me ha hecho mejor ser humano. ¿Cómo? Pues te diré que, reescribiéndome por partes, así tal cual como si habláramos de un código genético. Al tomar el vaso con mi mano mantenía la esperanza de poder beber un poco del agua fría y refrescarme, pero eso no ha ocurrido, al contrario, he perdido el agua y la esperanza de beber dicha agua pues ha caído al vacío, a un suelo que se lleva todo anhelo de tenerla en mi boca.
¿Qué ocurre cuando le veo?, quiero abrazarle y mantengo la esperanza de que me acepte hacerlo. Si no ocurre, muere la esperanza y quizás las ganas de hacerlo, no, las ganas de hacerlo no, pero mueren las sonrisas que ese hecho acarrea. Eso es la esperanza.

Ka vuelve su rostro hacia su móvil, ve el número de Jota Eme, he ahí la esperanza, hela ahí mezclada entre otros muchos de sentimientos dulces, aquella empalagosa, aquella melosa esperanza. Marca el número y la esperanza se va levantando entre otros sentimientos para tomar la segunda posición en la cabeza, mente y cuerpo de Ka. Conforme pasan los segundos la ansiedad escala posiciones para quizás destronar a la esperanza. Las manos comienzan a sudar, esta vez no por el calor, su corazón comienza a bombear cada vez más fuerte y su respiración se agita. Se cae la llamada y la esperanza también.

Ka mueve su cabeza de una manera ladina y se dice a si mismo ¿Ves? La esperanza es esa agua condensada sobre la superficie del vaso, a punto de caer y a punto de perderse, pero también es el líquido dentro de dicho vaso. Al caer, puede haberse apreciado como si se perdiera, pero te das cuenta que solo la esparciste, aún existe, aun es tangible sobre el suelo y los zapatos. Así es la esperanza, se riega por los rincones del pensamiento haciéndose más fuerte cada instante.

Ka, levanta una mano sobre la luz del sol que cae directamente sobre su ojo derecho cubriendo medio rostro. Y el motivo, el motivo viene de otros sentimientos, dice en voz alta haciendo que las otras personas detengan su mirada en él. Viene de ese sentimiento que surge cuando le abrazas y le dices te quiero, surge de esos besos que no quisieras se terminaran y en especial surge de saber que le quieres para el resto de tu vida. La esperanza suele parecer independiente pero la verdad no es más que un sentimiento que se comporta simbióticamente con otros. Ellos crecen y ella también lo hace.


Suena el móvil, Ka se da cuenta que es Jota Eme, sonríe con enorme felicidad y claro, con enorme esperanza, se levanta y contesta con un divertido y bastante común Alóo.

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