sábado, 14 de mayo de 2016

Holgorio



Sentado sobre el suelo, levanto mis manos para escribir en la computadora algunas sensaciones que me embargan durante ese momento y sin pensarlo me detengo, no hay explicación solo no puedo, no hay nada que escribir, no hay realmente nada que decir.

¿Qué sería de mi si no pudiera hallar desahogo en las palabras? Cada una de ellas las tomo prestadas del diccionario y con ellas me voy liberando. Con ellas me voy desahogando. ¿Dónde están ahora esas palabras? Si siempre me han acompañado a donde voy, si nunca me han abandonado cuando más las he necesitado. Ahora sentado sobre la computadora, hago el llamado, solicito de su ayuda, pero nada parece ser suficiente para que las palabras puedan aparecer.

Generosa y tierna esperanza que llega en el momento adecuado, indagando sobre lo ocurrido, preguntándose a sí misma si ella debe estar allí. Acumulo de dudas más que respuestas, nada parece irse solucionando, nada tiene la vía sencilla para lograr su cometido. Divertido se ha establecido acá.
Me levanto y escucho unas palabras. “Yo soy”, comprendo el significado, pero no el contexto de por qué han aparecido esas palabras en mi cabeza. Yo soy. Yo soy Kristofer, un humano promedio, de contextura e inteligencia promedio. Aja, ¿y ahora? Qué sirve el significado de quien soy para desahogarme.

Surgen mas palabras en mi cabeza, “Yo ante ti, soy lo que soy” y todo cobra sentido, hasta que notas que realmente nada tiene sentido. Una sensación de comprender algo aun sabiendo que no comprendes nada. En el vaivén de nuestras desgracias, tan pocas son que las alegrías se desbordan. Tan pocos son los rascacielos que la dicha es solo para algunos.


En aquel entonces no comprendía muy bien la sabia respuesta de mi subconsciente. Algunas veces quien más solo está, es quien se encuentra más acompañado. La mente, mi mente, tu mente, la mente que formamos, la que imaginamos, cual es real, cual es falsa, si todas se nos presentan de una forma tan tangible que las confundimos entre ellas, ¿Dónde comienza mi mente y termina la tuya? No hay límites reales entre lo que pensamos y lo que somos. No hay dicha sin tristeza. 



martes, 10 de mayo de 2016

Asi y de otra manera

Dulces melodías invaden la habitación, empalaga bocas y crea cierta expectación sobre que es lo que sucederá de acá en adelante. Nada es tan fácil ni tan difícil como creemos. Algunas veces si las vemos desde afuera, podríamos decir "que tontos somos", asi es, que tontos somos. Las casualidades de la vida no tienen un significado, por eso mismo se llaman casualidades, no le demos a ellas algún sentido de destino. El destino no existe, nunca ha existido, ¿nos creemos tan importantes como para creer que algo o alguien dirige nuestras vidas en hasta el más mínimo detalle? Somos simplemente un grano de arena en el tiempo infinito de la existencia, somos tan insignificantes que seguramente (a la mayoría) nadie recordará en tan solo 1 o 2 siglos.  Muchos pasaremos nuestras vidas sin hacer algo realmente grande, algo importante, algo tan significativo que quedemos registrados en la historia universal.

Si todo va siguiendo ese curso ¿Por que darnos mayor importancia de la que merecemos?. Seamos conscientes de que cada hecho que marca nuestra vida es producto de nuestro juicio y de nuestras decisiones. Vivir, ¿una decisión o un simple hecho que aceptamos asi debe ser?. Y la felicidad, ¿se consigue o se da espontáneamente?  entonces como conseguir vivir felizmente. Soñemos y descubramoslo juntos.

lunes, 9 de mayo de 2016

El Aura



Entre ruidosos callejones de la ciudad, la luz inclemente del sol golpea mis pupilas, mi cuerpo comienza a sudar descontroladamente, mis manos se sienten frías por el contacto del aire con las mínimas gotas de sudor que bajan desde la palma hasta los dedos. Se siente cierto malestar en el abdomen y se lo achacas a una indigestión. Mis manos se vuelven inestables así que me detengo en una esquina, procurando estar lo suficientemente lejos de cualquier objeto punzo cortante, o de un lugar que puedan ocurrir daños materiales. El aire se hace más ligero, sientes que vuelas, sientes como cada dedo se desprende de tu mano y cada mano de tu brazo, así hasta llegar a tu cabeza que la sientes como aplastada sobre el asfalto. 

Y de pronto la percepción se pierde, entras en un estado desahuciado, te preguntas ¿podré algún día lograrlo?. Cada sentido comienza a desvanecerse, todo inicia con el gusto, la saliva se pierde, se reseca la boca, nada es ácido ni amargo, aunque según dicen algunas experiencias se tornan dulces, no es mi caso. La audición es la segunda en desvanecerse, el zumbido en mis oídos se incrementa segundo a segundo hasta que ya no oyes nada, quizás oyes el silencio o el silencio te oye a ti. La paz comienza a invadir mi mente, sin embargo siento levemente los latidos de mi corazón, unos mas fuertes que otros, esa inexplicable sensación de paz y agitación juntas de la mano, ¿quien diría?. Mantengo mis ojos cerrados, bueno, no se si están cerrados, simulo que si y veo una luz, hermosa, amarilla. Muchos dicen que el color no importa, siempre varía de persona a persona, pero jamás varía en la misma persona, le llaman AURA, mi aura es amarilla, trato de sonreír, ¿se hará evidente? No lo creo, ojalá fuera así. Hace tiempo indagué el porqué de la variación de color entre personas, dicen que cada color tiene su significado, el amarillo o dorado dependiendo de gustos, representa a alguien sociable, atento, brillante y bastante crítico. ¿Soy sociable? ¿Seré acaso atento?, Brillante no soy, nadie me lo ha dicho ¿o si?, crítico, soy crítico, -sonrío-. Perdí mis demás sentidos, nunca presto atención, siempre me entretengo en el aura, lo importante, lo intangible y maravilloso del ser humano.

No me siento físico, me siento energía pura, me siento eléctrico, magnético, soy algo más que solo un alma, un aura, siento que soy parte de aquello que llaman Dios, de aquello tan sublime que con solo imaginarlo en esta sensación abstracta me lleva a la paz. Una tranquilidad así, en medio de tanto desastre y tanto dolor no tiene lógica. Si Dios es real, le he visto, le he tocado, Dios me ha dado su fuerza, su valentía. Dios me ha dado su aura. Dios me ha demostrado que en el caos está el silencio y en mi mirada está el. 

La paz decae, los sonidos de gritos y las cornetas de automóviles se escuchan cada vez mas fuertes, la luz comienza a brillar y mis pupilas se contraen, comienzo a tener un sabor amargo metálico en la boca, comienzo a percibir el tacto de otras manos sobre las mías y los olores de orina comienzan a llegar a mi nariz. Mis pulmones toman un gran bocado de aire y caigo nuevamente a la realidad. Solo he conocido a Dios por unos segundos, los segundos mas valiosos de mi vida, mejor dicho, la energía más valiosa de mi vida. 

 Despierto consciente de todo ello y de aquellos junto a mi, quienes preocupados me dicen "estas bien" ya pasó, me levanto, paso mis manos por los labios retirando restos de saliva espumosa y les digo, ya pasó disculpen este mal rato.

jueves, 5 de mayo de 2016

Invierno

Cae la noche y del bolsillo saca un cigarrillo para lograr engañar un poco al cuerpo sobre el duro invierno que cae sobre la ciudad y por supuesto sobre el corazón. Camina hacia un bar en una esquina de la calle y al entrar grita con voz quebradiza ¡Una cerveza por favor!

Saca del bolsillo un billete húmedo y destruido, cancela su pedido y se retira con un caminar desanimado. Pasea por las calles que adornan a una hermosa cuidad turistica llena color y vida. Para ese entonces, no hay vida, ni colores. Se sienta en una plazuela, en la banca con mayor iluminación posible junto a una señorita que tiene un libro llamado "el placer de vivir" en sus manos. Le mira y le parece arrogante, solo leer el titulo del libro le hace pensar que tipo de persona es. 

Ella expresa una sonrisa, el voltea a verla y ve como sus ojos al parecer no han notado de su existencia. El se levanta suavemente quizás para no anunciar su presencia. Camina alejandose del lugar pero girando cada cierto tiempo para ver si ella le seguía con la mirada. De cada vez que giró ninguna fue afirmativa.

Quiere beber, sin dinero solo le quedan los cigarrillos en el bolsillo. Saca uno y está roto, maldita humedad -
dice con cierto enojo y se detiene cerca de un faro de luz en la entrada de la calle Wallet. Levanta su rostro hacia el cielo sintiendo puntos fríos cayendo del cielo sobre sus labios, se anuncia el inicio de una nevada.

Esperanza

¿Una palabra o un sentimiento?, ¿una emoción o un ideal? Ya es la tercera vez en el día en la que el señor Ka se detiene a pensar en ello. Sentado sobre un sillón bastante grande con cojines lo suficientemente acolchados para tener altas expectativas sobre su comodidad Ka lleva una mano hacia su cabeza suavemente para no despeinarse y se recuesta sobre ella, con la otra, levanta un vaso de agua, bebe un poco y sus labios dibujan una sonrisa de placer.

El día es caluroso, hay una falla eléctrica masiva, un blues de nombre “at last” suena de fondo proveniente de un teléfono móvil y el ambiente toma un tono naranja, envejecido, de antaño. La luz toca suavemente la superficie húmeda del vaso de agua y se dibuja la trayectoria de una gota deslizándose a lo largo del mismo cayendo sobre una hoja blanca en el escritorio. Las ventanas y puertas abiertas intentan eliminar interferencias por si una ráfaga de aire decide entrar al lugar, cual invitado de honor.

Los pensamientos corresponden al ambiente presente y se arrojan toneladas de sensaciones por el cuerpo, algunas terriblemente incómodas y otras sumamente agradables. Pensamientos de alegría cruzan esa autopista colapsada de emociones y solo una palabra logra calmar tanto desorden, esperanza. ¿Qué es la esperanza? ¿de dónde proviene? ¿Qué la motiva?

Comienza la lluvia de ideas y tal cual como en el estado climático, las ideas comienzan a caer en un desorden infernal sobre el suelo, sin coordinación. Las frases comienzan a romperse y ocurre una mezcla de palabras que hacen incapaz a cualquiera de resolver el acertijo. Ka toma el vaso de agua nuevamente, pero este cae al suelo, el cristal se fractura y el líquido se esparce por todos lados principalmente sobre sus zapatos imitación barata de cuero, se dibuja un gesto de molestia sobre su rostro y con la mano libre trata de limpiar un poco el desastre hasta que debe quitar su mano de la cabeza para levantarse y alejarse de lo acontecido.

El calor toma cada vez más posesión del lugar y su piel comienza a transpirar, desde su rostro hasta su espalda pequeñas gotas se deslizan y humedecen su vestimenta. Todo ello no le distrae de seguir en la búsqueda del significado de la esperanza. No ha limpiado el suelo, posiblemente no lo haga, quizás el calor logre evaporarla rápidamente, o eso cree el. ¿Lo cree o mantiene esperanza en ello?
El amor es la gota más dulce de esperanza. Todo comienza a oscurecerse y Jota Eme toma control de los pensamientos de Ka, un suspiro brota de su pecho y sale por su boca que dibuja una sonrisa bien definida. Eso es esperanza, eso es. ¿Lo comprendes? Se pregunta Ka hacia sí mismo tratando de convencerse a el mismo que es poseedor de las respuestas sobre el tema.

Se recuesta sobre el sillón con una expresión de saber el secreto de la vida. Lleva sus manos a la nuca y piensa: Heme aquí convencido de que lo perdido solo me ha hecho mejor ser humano. ¿Cómo? Pues te diré que, reescribiéndome por partes, así tal cual como si habláramos de un código genético. Al tomar el vaso con mi mano mantenía la esperanza de poder beber un poco del agua fría y refrescarme, pero eso no ha ocurrido, al contrario, he perdido el agua y la esperanza de beber dicha agua pues ha caído al vacío, a un suelo que se lleva todo anhelo de tenerla en mi boca.
¿Qué ocurre cuando le veo?, quiero abrazarle y mantengo la esperanza de que me acepte hacerlo. Si no ocurre, muere la esperanza y quizás las ganas de hacerlo, no, las ganas de hacerlo no, pero mueren las sonrisas que ese hecho acarrea. Eso es la esperanza.

Ka vuelve su rostro hacia su móvil, ve el número de Jota Eme, he ahí la esperanza, hela ahí mezclada entre otros muchos de sentimientos dulces, aquella empalagosa, aquella melosa esperanza. Marca el número y la esperanza se va levantando entre otros sentimientos para tomar la segunda posición en la cabeza, mente y cuerpo de Ka. Conforme pasan los segundos la ansiedad escala posiciones para quizás destronar a la esperanza. Las manos comienzan a sudar, esta vez no por el calor, su corazón comienza a bombear cada vez más fuerte y su respiración se agita. Se cae la llamada y la esperanza también.

Ka mueve su cabeza de una manera ladina y se dice a si mismo ¿Ves? La esperanza es esa agua condensada sobre la superficie del vaso, a punto de caer y a punto de perderse, pero también es el líquido dentro de dicho vaso. Al caer, puede haberse apreciado como si se perdiera, pero te das cuenta que solo la esparciste, aún existe, aun es tangible sobre el suelo y los zapatos. Así es la esperanza, se riega por los rincones del pensamiento haciéndose más fuerte cada instante.

Ka, levanta una mano sobre la luz del sol que cae directamente sobre su ojo derecho cubriendo medio rostro. Y el motivo, el motivo viene de otros sentimientos, dice en voz alta haciendo que las otras personas detengan su mirada en él. Viene de ese sentimiento que surge cuando le abrazas y le dices te quiero, surge de esos besos que no quisieras se terminaran y en especial surge de saber que le quieres para el resto de tu vida. La esperanza suele parecer independiente pero la verdad no es más que un sentimiento que se comporta simbióticamente con otros. Ellos crecen y ella también lo hace.


Suena el móvil, Ka se da cuenta que es Jota Eme, sonríe con enorme felicidad y claro, con enorme esperanza, se levanta y contesta con un divertido y bastante común Alóo.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Ser o parecer

Nada es tan fácil ni tan difícil como creemos. Algunas veces si las vemos desde afuera, podríamos decir "que tontos somos", así es, que tontos somos. Las casualidades de la vida no tienen un significado, por eso mismo se llaman casualidades, no le demos a ellas algún sentido de destino. El destino no existe, nunca ha existido, ¿nos creemos tan importantes como para creer que algo o alguien dirige nuestras vidas en hasta el más mínimo detalle? Somos simplemente un grano de arena en el tiempo infinito de la existencia, somos tan insignificantes que seguramente (a la mayoría) nadie recordará en tan solo 1 o 2 siglos. Muchos pasaremos nuestras vidas sin hacer algo realmente grande, algo importante, algo tan significativo que quedemos registrados en la historia universal.

Así es, la vida la forjamos nosotros, nosotros hacemos nuestra propia mala o buena suerte. Quizás creemos el destino por miedo, el miedo a tener en nuestras propias manos la potestad del futuro, tenemos tanto miedo a ser lo que queremos ser que creamos una palabra a la cual achacar todo lo malo y algunas veces lo bueno que nos ocurre, "destino" le llamamos e incluimos el lado espiritual y religioso en ella, somos básicos, somos simples.

Juguemos, sigamos jugando a este juego del destino. Aún no se si es darse por vencido, ser cobarde o solo dejarse llevar pero a veces suele ser mejor entrar en esa costumbre tan insípida de creer en el destino, dejarle todo al destino. Tu y yo, una parte del destino. Pretendamos ser tan relevantes en el universo para decir que alguien o algo nos unió, nos dejó querernos y luego nos alejó.


lunes, 29 de febrero de 2016

Una aventura más



A la derecha esta el, un joven de 26 años que cree que una taza de té verde y una buena conversación es suficiente para ser feliz. El es un loco, torpe y distraído, jamás le ha dado importancia a las cosas que realmente merecen toda su atención. A la izquierda, un joven de 23 años que cree que la vida es una historia que se debe vivir paso a paso, es serio pero divertido, alegre pero melancólico, detallista y sumamente inteligente. ¿Y entonces, algo puede salir mal? O ¿Algo puede salir bien?

No se engañen, esto no es una historia de amor.

Quizás el joven que está a la derec... ¿pero donde coños se ha metido?
- Ah, perdona. La historia comenzó algo aburrida y descriptiva por lo que me fui a comprar estas empanadas de pollo ¿quieres una? -- Eh!, no gracias, déjame continuar la historia, ok, continuemos:

Quizás, no, seguramente el joven de la derecha no ha precisado que a solo unos pocos metros y justo a su izquierda se encuentra alguien que le puede brindar una grata conversación junto a una taza de té verde. El de la izquierda, ha precisado toda la situación, se ha reído del tema de las empanadas, ha notado su leve sobrepeso por dichas empanadas, unas orejas algo grandes, una estatura algo mayor que la del promedio, un ensamble algo "rustico" y claro está, su agradable -desagradable- humor.

El de la derecha, -aun comiendo sus empanadas- ha tardado pero ha logrado visualizarlo, se ha sonrojado al saber que le miran fijamente con una sonrisa, pero algo pasa, ya no esta sonrojado, está pálido, pone sus manos sobre su abdomen se encorva y oh! no, aquí viene, ha vomitado al de la izquierda. ¿cual fue su reacción? no la que adoptaría cualquier persona normal. Se ha reído, asqueado pero con una sonrisa. 

--Espera un momento, asqueado si estoy, pero esta risa no es de diversión. - Vale comprendo, entonces continuaré diciéndolo de esta manera: Se ha reído, asqueado y con una risa nerviosa por la incomodidad de la situación.
-- Vale suena mejor.

Entre comida a medio digerir, disculpas y mucha pero mucha incomodidad se presentan, derecha e izquierda, polos opuestos, polos divertidos. El joven de la derecha se alej... ¿Pero que hacen?

El joven de la derecha parece estar abrazando al de la izquierda y ¡anda! Se han besado ¿recuerdan que dije que esto no era una historia de amor? Todo va muy rápido, el de la derecha le ha dicho "te quiero", menudo gilipollas. La verdad el que la historia la cuente yo y no salga como estaba ensayada no me molesta, la verdad, va divertida. 

Esperen, el de la izquierda se aleja un poco aunque aun mira hacia atrás, el de la derecha también. Y ¡wow! Ambos han cruzado palabras bastante subidas de tono, parecen alejarse, se alejan, bueno asi era realmente la historia. 

¿Y ahora? El cuento quedó mal, no no no no, traiganlos de vuelta, esto no puede terminar así, si se quieren. 

Ey tu el de la derecha el idiota, dime que ocurr mejor aun dime que sientes por el.

- ¿Yo? Nada, no siento nada, no siento deseos de verle más, nunca más, no siento deseos de estar con el más nunca. 

¿Estas seguro?

-- En serio no quieres verme más. Quizás las cosas son mejor asi, te tomo la palabra.

¡Vaya! Aquí solo falta una canción de Pimpinela como fondo. A ver, tu el de la izquierda ¿quieres hablar? ¿No?, vale. El de la derecha quiere decirte algo, algo sincero, algo real, a ver dile, dile.

- Te quiero, no se desde que momento pero es asi, la primera vez que te vi, afuera de tu casa con esos pantalones vinotinto y una franela-sueter azul (en mi.mente estabas vestido asi) hubo un clic, tal vez no tenemos la mejor de las historias sobre como nos conocimos, eso de estar dibujados en una hoja blanca y que relataran algo del otro mientras yo te vomitaba pues no es la manera mas linda de decir que te conoci, pero asi fue, asi te conocí, asi te tomé cariño, asi te celé por primera vez, ese dia te abracé, abracé a un desconocido de la nada, confié en ti, te abrí mi vida y desde ese entonces, eres el dueño de mi tiempo, no es que haya pasado mucho tiempo, creo que el lector a lo sumo habrá leído nuestra trama en tan solo unos 4 minutos y 10 segundos. Pero han sido los mejores 4 minutos y 10 segundos de toda mi vida hasta ahora, ni siquiera cuando el autor me dibujó un título en esta hoja en blanco fue tan especial. Lo mejor que me ha pasado hasta ahora es conocerte joven de la izquierda. Somos de lados opuestos, somos diferentes, hemos aprendido uno del otro, he sido cruel, digo cosas que no siento y que no debería decir, tengo defectos y soy humano. Te quiero, no hay mas nada que decir, por que simplemente el decirte esto dice todo, dos palabras, 8 letras y un espacio luego de las dos primeras. Eso dice todo, por que cuando el autor te dibuja un corazón y hablas a través de el, solo se puede ser sincero. Izquierda, no desaparezcas de mi vida, no lo hagas, esta hoja tiene fecha de vencimiento pero no implica que lo que se dibuje en ella la tenga. Quedate, aquí estoy yo, soy el idiota mas idiota del mundo por dejarte ir, cometí ya ese error, pero quiero arreglarlo. Me has hecho feliz, nadie me había cambiado tanto, tanto y para bien. Soy la mejor versión de mi cuando estas cerca, han habido discusiones (muchas mas de las que el autor se ha dado cuenta) pero eso jamás borrará lo lindo que vivimos en estos 4 minutos y 29 segundos. 

...









Sueños realmente imaginarios

Levantas tu mano al cielo, pareciera que tocaras las estrellas, pareciera que dibujaras con ellas. ¿Juegos de amor?, allí yacen cientos de preguntas, en una sola sonrisa, en un solo momento.


Al despertar él siempre desarrolla una misma rutina, toma su taza purpura y se sirve exactamente tres dedos de café, le coloca dos cucharadas de azúcar y una de canela, al terminarla, se va a la ducha, se viste y le da un beso en la mejilla a quien considera el gran amor de su vida, se despierta, le toma por el brazo y caen en un beso pasional, él le rechaza con una sonrisa y con una expresión de confidentes, se hace tarde.


Nada es lo que parece. Se levanta de la cama, necesita un café, un gran dolor de cabeza le hace imposible permanecer a su lado. Se ducha con lagrimas en los ojos, restregándose fuertemente todo su cuerpo con la esponja de baño, se viste y se coloca perfume, tratando de ocultar el asco que siente. Se esfuerza, por que le ama, trata de darle un beso en la mejilla pero el olor a otro cuerpo, otra piel le resulta repulsivo e inquietante.

Es tarde, quizás los dientes pueda lavarlos en el trabajo piensa sin ánimos y con cierto decaimiento. Mete la camisa dentro del pantalón, levanta su rostro al espejo y piensa, hoy no estoy tan mal.

Quizás el hecho de quererle así, solo y sin el, no sea más que un extraño vestigio de algo que a duras penas se mantiene a flote.

miércoles, 13 de enero de 2016

Maravillas



No sabe como llegó allí, en realidad ni siquiera sabe en que lugar se encuentra, la eterna búsqueda de lo imposible diría su mejor amiga. Mira sus manos fijamente, están temblando, con eritemas y cree que ha sido suficiente por el día de hoy. Toma su bolso y comienza a guardar pequeños fragmentos de lo que parece una piedra preciosa del suelo, más que por una reliquia, un recuerdo.

No conoce diferencias entre el día y la noche, para ella son iguales. Hoy, se recuesta con una sonrisa en el suelo, no hace calor ni frío en aquel remoto lugar por lo que no amerita ningún abrigo. No hay insectos, no hay agua, no hay sol. Mira hacía arriba y todo lo ve negro, ni que decir que su única fuente de luz se apagó hace ya unas tres horas, a diferencia de su ímpetu por permanecer en la búsqueda, la búsqueda de una maravilla.  

Se conoce bien, tiene unos ojos color avellana que se aclaran cuando esta feliz, frunce el ceño cada vez que tiene que sonreír, su cuerpo, delgado pero fuerte siempre ha sido su mejor arma, sin embargo, su característica mas resaltante es un lunar de forma extraña que tiene más abajo de su garganta, nunca le ha visto forma, pero siempre caen intrigados en él, su color, forma y textura no es común. Quizás ni siquiera sea un lunar.

Se aventura lejos de ese lugar sin un rumbo definido, de igual forma lo que busca nunca nadie lo ha visto, no importa a donde vaya, siempre será un buen lugar para buscar. Su aparatoso viaje, lleno de esperanzas para su familia, que aunque no les hace falta recompensa alguna, si les brindaría algo que jamás nadie ha conocido. Divinas maravillas, unos creen en oro, otros creen esperanza, otros simplemente no creen.

Creer, ¿que será creer?, algo que le ha intrigado mucho es la fascinación de las personas por algo tan mitológico como una maravilla. La verdad, su motor de arranque solo ha sido su inestabilidad emocional y claro, su incapacidad de poder decir "no" a las demás personas. ¿En que puede creer alguien que actúa de este modo?, creer, lo piensa detenidamente y pronuncia esa palabra con voz fuerte, sonríe y se levanta del suelo donde se había recostado hace ya unos minutos para descansar.

A los lejos, se divisan los templos del cielo. Con asombro los observa detenidamente, ver un mito como lo son dichos templos le hace pensar que quizás las maravillas también existan. No ha visto a ninguna persona en varios días, ni siquiera en unos templos tan bien cuidados y conservados logra cruzarse con alguien. Extraña el calor humano, su cuerpo comienza a sentir el deseo de contacto, del roce de piel, se sonroja de tener esos pensamientos en un lugar como ese, así que toma una capsula de hidratación con su mano derecha y la lleva a su boca.

Camina por inmensos pasillos con hermosos murales en sus paredes, pasea por hermosos cuartos de meditación, salas de juego al aire libre, se enamora perdidamente de aquel lugar, la paz que brinda, sonríe extasiada y se recuesta sobre el tallo de un árbol, allí se fija que tiene marcas en el, no son textos, no son figuras ¿que es?, recuerda inevitablemente lo que su abuela le decía cada vez que se sentaba a comer con ella e irremediablemente reconoce el significado.

Escucha un ruido, no hay espacio para el susto, camina lentamente hasta que entrada en un cuarto de meditación, ve un caliz sobre una mesa, estaba segura de no haberle visto cuando hizo su recorrido. Alguien debe de haberlo puesto allí. Entonces si hay alguien, alguien llegó al templo como ella sin notar su presencia. Ahora el miedo la invade, ¡huida! piensa, retrocede con temor y corre rápidamente.

En la huida, la adrenalina le hace correr más fuerte, gira su cabeza hacia atrás tratando de poder observar al desconocido pero no hay nadie, no hay mas sonidos, solo se oye la calma a lo lejos y una respiración agitada que proviene de ella misma. Se detiene suavemente, sus ojos están exhaustos, su cabello húmedo de sudor, otra capsula de hidratación no caería mal.

Inexplicablemente sigue sintiendo un miedo irracional, quizás originado por tan hermoso y enorme templo del cielo. Su rostro no refleja expresión alguna, no dice nada, solo yace sentada en una esquina del patio. Toma su cuerpo con ambas manos y postra la cabeza en sus rodillas. -Que me sucede- expresa entre lágrimas.

El sueño logra vencerla, cae hacia su derecha y placenteramente duerme. Unas horas luego, algo le molesta, algo le inquieta, no sabe que es pero sus ojos se sienten abrumados, trata de abrirlos y no puede, siente que le quema así que los cubre con sus manos. A medida que su cuerpo se va acostumbrando descubre que no es más que la luz del sol, un sol apagado hace tantos años pero que brilla a plenitud justo ahora encima de ella. ¿una maravilla?.

Se siente desconcertada y piensa;
"Hay maravillas que no tienen nombre ni sentido. ¿Como explicaría Stanley Kubrick una historia de vida donde sus protagonistas aún sin conocerse juegan a ser felices?, quizás ya lo hizo -presta más atención kris, te estás perdiendo-. La necesidad de explicarse yace en la intensidad de las sensaciones encontradas. Las maravillas, esas maravillas, dulces maravillas que consigues inesperadamente y alborotan tu mente, destruyen miedos y debilitan tus pensamientos. En el laberinto de nuestra mente esas maravillas se pierden, quedan atrapadas y sin lugar a duda es difícil que logren escapar, tal vez debas lidiar para siempre con ellas -pero Kris, para siempre es mucho tiempo-. Las maravillas no son ni objetos ni personas, ni sombras ni luces, no es tangible ni intangible, quizás, solo quizás, con permiso a la duda, puede que las maravillas no existan y aún así, con tanta nostalgia en mi garganta, deseo vivir una maravilla. No consigo explicación, de uno u otro modo quizás justo ahora sin darme cuenta, estoy viviendo una maravilla"

Al razonar un poco respecto a ello y sonreír recordando su abuela, algo le hace fruncir el ceño, algo no está bien, nada está bien. Su cuerpo comienza a desvanecer, siente escalofríos, un fuerte impulso eléctrico por sus extremidades, hace sol, le dijeron que el sol es calor pero no soporta el frío, sus labios se quiebran y recuerda que los templos del cielo son los lugares más fríos del mundo.