miércoles, 13 de enero de 2016

Maravillas



No sabe como llegó allí, en realidad ni siquiera sabe en que lugar se encuentra, la eterna búsqueda de lo imposible diría su mejor amiga. Mira sus manos fijamente, están temblando, con eritemas y cree que ha sido suficiente por el día de hoy. Toma su bolso y comienza a guardar pequeños fragmentos de lo que parece una piedra preciosa del suelo, más que por una reliquia, un recuerdo.

No conoce diferencias entre el día y la noche, para ella son iguales. Hoy, se recuesta con una sonrisa en el suelo, no hace calor ni frío en aquel remoto lugar por lo que no amerita ningún abrigo. No hay insectos, no hay agua, no hay sol. Mira hacía arriba y todo lo ve negro, ni que decir que su única fuente de luz se apagó hace ya unas tres horas, a diferencia de su ímpetu por permanecer en la búsqueda, la búsqueda de una maravilla.  

Se conoce bien, tiene unos ojos color avellana que se aclaran cuando esta feliz, frunce el ceño cada vez que tiene que sonreír, su cuerpo, delgado pero fuerte siempre ha sido su mejor arma, sin embargo, su característica mas resaltante es un lunar de forma extraña que tiene más abajo de su garganta, nunca le ha visto forma, pero siempre caen intrigados en él, su color, forma y textura no es común. Quizás ni siquiera sea un lunar.

Se aventura lejos de ese lugar sin un rumbo definido, de igual forma lo que busca nunca nadie lo ha visto, no importa a donde vaya, siempre será un buen lugar para buscar. Su aparatoso viaje, lleno de esperanzas para su familia, que aunque no les hace falta recompensa alguna, si les brindaría algo que jamás nadie ha conocido. Divinas maravillas, unos creen en oro, otros creen esperanza, otros simplemente no creen.

Creer, ¿que será creer?, algo que le ha intrigado mucho es la fascinación de las personas por algo tan mitológico como una maravilla. La verdad, su motor de arranque solo ha sido su inestabilidad emocional y claro, su incapacidad de poder decir "no" a las demás personas. ¿En que puede creer alguien que actúa de este modo?, creer, lo piensa detenidamente y pronuncia esa palabra con voz fuerte, sonríe y se levanta del suelo donde se había recostado hace ya unos minutos para descansar.

A los lejos, se divisan los templos del cielo. Con asombro los observa detenidamente, ver un mito como lo son dichos templos le hace pensar que quizás las maravillas también existan. No ha visto a ninguna persona en varios días, ni siquiera en unos templos tan bien cuidados y conservados logra cruzarse con alguien. Extraña el calor humano, su cuerpo comienza a sentir el deseo de contacto, del roce de piel, se sonroja de tener esos pensamientos en un lugar como ese, así que toma una capsula de hidratación con su mano derecha y la lleva a su boca.

Camina por inmensos pasillos con hermosos murales en sus paredes, pasea por hermosos cuartos de meditación, salas de juego al aire libre, se enamora perdidamente de aquel lugar, la paz que brinda, sonríe extasiada y se recuesta sobre el tallo de un árbol, allí se fija que tiene marcas en el, no son textos, no son figuras ¿que es?, recuerda inevitablemente lo que su abuela le decía cada vez que se sentaba a comer con ella e irremediablemente reconoce el significado.

Escucha un ruido, no hay espacio para el susto, camina lentamente hasta que entrada en un cuarto de meditación, ve un caliz sobre una mesa, estaba segura de no haberle visto cuando hizo su recorrido. Alguien debe de haberlo puesto allí. Entonces si hay alguien, alguien llegó al templo como ella sin notar su presencia. Ahora el miedo la invade, ¡huida! piensa, retrocede con temor y corre rápidamente.

En la huida, la adrenalina le hace correr más fuerte, gira su cabeza hacia atrás tratando de poder observar al desconocido pero no hay nadie, no hay mas sonidos, solo se oye la calma a lo lejos y una respiración agitada que proviene de ella misma. Se detiene suavemente, sus ojos están exhaustos, su cabello húmedo de sudor, otra capsula de hidratación no caería mal.

Inexplicablemente sigue sintiendo un miedo irracional, quizás originado por tan hermoso y enorme templo del cielo. Su rostro no refleja expresión alguna, no dice nada, solo yace sentada en una esquina del patio. Toma su cuerpo con ambas manos y postra la cabeza en sus rodillas. -Que me sucede- expresa entre lágrimas.

El sueño logra vencerla, cae hacia su derecha y placenteramente duerme. Unas horas luego, algo le molesta, algo le inquieta, no sabe que es pero sus ojos se sienten abrumados, trata de abrirlos y no puede, siente que le quema así que los cubre con sus manos. A medida que su cuerpo se va acostumbrando descubre que no es más que la luz del sol, un sol apagado hace tantos años pero que brilla a plenitud justo ahora encima de ella. ¿una maravilla?.

Se siente desconcertada y piensa;
"Hay maravillas que no tienen nombre ni sentido. ¿Como explicaría Stanley Kubrick una historia de vida donde sus protagonistas aún sin conocerse juegan a ser felices?, quizás ya lo hizo -presta más atención kris, te estás perdiendo-. La necesidad de explicarse yace en la intensidad de las sensaciones encontradas. Las maravillas, esas maravillas, dulces maravillas que consigues inesperadamente y alborotan tu mente, destruyen miedos y debilitan tus pensamientos. En el laberinto de nuestra mente esas maravillas se pierden, quedan atrapadas y sin lugar a duda es difícil que logren escapar, tal vez debas lidiar para siempre con ellas -pero Kris, para siempre es mucho tiempo-. Las maravillas no son ni objetos ni personas, ni sombras ni luces, no es tangible ni intangible, quizás, solo quizás, con permiso a la duda, puede que las maravillas no existan y aún así, con tanta nostalgia en mi garganta, deseo vivir una maravilla. No consigo explicación, de uno u otro modo quizás justo ahora sin darme cuenta, estoy viviendo una maravilla"

Al razonar un poco respecto a ello y sonreír recordando su abuela, algo le hace fruncir el ceño, algo no está bien, nada está bien. Su cuerpo comienza a desvanecer, siente escalofríos, un fuerte impulso eléctrico por sus extremidades, hace sol, le dijeron que el sol es calor pero no soporta el frío, sus labios se quiebran y recuerda que los templos del cielo son los lugares más fríos del mundo.