domingo, 26 de diciembre de 2021

En una vida llamada Lalaland

 Anoche estaba viendo Lalaland, una película que desde el 2016 se convirtió en mi película favorita. No se como describir lo mal que me la pasaba luego de verla pues su final era algo que no me esperaba y que aún algunas veces chocan fuerte contra mi. ¿Por que entonces la paso tan mal al verla si me encanta? Fácil. Como ya dije, era un final que no esperaba y que al principio no entendía. No había manera que el amor que se tenían los protagonistas no fuera lo suficientemente fuerte como para ser mas importante que sus sueños y metas profesionales. Rompe toda esa ilusión e idealización del amor que mi mente construyó a lo largo de esos años. Si, esa idealización la deseché hace ya bastante comprendiendo la esencia de esta película.

Disfruto muchísimo ver esta película, me gusta como me hace sentir y creo sin duda alguna eso es lo mas importante y lo mas atrayente sobre este material cinematográfico, la manera en la que me conmueve de muchas formas y en diferentes niveles. 

Bromeo siempre sobre el que he querido conseguir un amor tipo lalaland, esta película es una obra para aquellos que aun se encuentran en una escalera, bajando por los peldaños de un amor idealizado, pensando que todo será como historia Disney donde el príncipe o la princesa llegan a salvar el día y todo finaliza con un vivieron felices por siempre.

Lalaland es una de esas historias que me hacen vivir el momento (recordar, llorar, reír, sentir mi corazón acelerado) sabiendo al final que son solo historias, tan variadas como la vida misma y que en un mundo con una enorme cantidad de personas tan distintas una de otras, hay muchas historias aun por contar y sentimientos aun por descubrir.