viernes, 15 de junio de 2012

De los sueños se vive y se muere


Las cosas no siempre son lo que parecen;



Mi inspiración por más de año y medio, mi motor, lo que me levanta cuando caigo y al mismo tiempo lo que me frena cuando estoy por volar. Son tan hermosos esos sentimientos que rodean mi memoria desgastada, algunas veces el olvido llega a ella y el dolor se borra, luego un apretón embarga mi ser y las dulces criaturas escondidas sobrevuelan mi mente cerrando cualquier ventana que pudiera estar abierta. Fuimos el aroma que jamás olvidaré, fuimos la historia más extravagante y casual que pudimos e intentamos escribir. El verte llegar, fue la tonada que me encantaba oír, de lo cual ni siquiera queda la banda sonora. Las luces me disfrazan la melancólica realidad con un traje de sonrisas que ya se encuentra pobremente sincera. Decaímos en los besos que poco a poco vamos olvidando, ya no queda más que decir, la historia se ha cerrado, sin embargo de ella se escribirán varias palabras más, sin darle añadidos, solo recuerdos.

Verte alejar del camino, paso a paso tu anatomía se desfigura, ahora esos ojos marrones se tiñen de rojo y  en tu piel aparecen escamas, fuimos aquella laguna que llenamos abrazo tras abrazo, un baño que jamás se desbordó, un agua un tanto no tan cristalina y el paisaje aislado del mundo que se convirtió en mi refugio, ya no queda nada más que objetar.

Los rastros de la arena, eran fuertes, pero vientos del pasado las borraban, simple e irónica historieta de pequeños, sueños desbocados de aquellos juegos que podrían haber despertado, pero el tema de insistir, era mucho más duro que decir, fuimos los rostros de la madrugada, y de mil noches esperadas, que siempre llegaban algunas horas retardadas.




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